Racine

DE SENEGAL A PARÍS

«A dónde vas, solo tendrás a Dios». En la noche del 13 de septiembre de 1980 mientras atravesaba por última vez la puerta de mi casa familiar en Dakar, Senegal, mi padre, El hadj Djibril Bousso, un devoto y respetado musulmán me dijo esas palabras. Palabras que jamás olvidaré. Aquellas palabras fueron proféticas. A la edad de 23 años, deje mi hogar en Senegal y viví en Francia por 22 años.
Me ofrecieron una beca para continuar mis estudios en una muy-prestigiosa escuela francesa de negocios llamada Sup de Co Rouen. Tras tres años de éxito en la academia, me licencié y obtuve otro título en gestión de recursos humanos. De forma simultánea, cursé un entrenamiento especializado en proyectos y programación computacional.
Entonces, decidí inscribirme en un programa de formación para graduarme como contador público y trabajé en una firma francesa de contabilidad y auditorias donde ofrecía servicios contabilidad y análisis financiero. En 1999, el Director General de una empresa en expansión en París se acercó a mí y me pidió que trabajara para ellos como Director Financiero, puesto que ocupé hasta que finalmente me marché de Francia a Nigeria.

DE FRANCIA A NIGERIA GUIADOS POR UN SUEÑO

Un día de Navidad, el viernes 25 de diciembre de 1998, me encontraba en un remoto pueblo del sur de Francia y, mientras caminaba, me topé con un hotel. Entré a una habitación y dormí. Tuve un sueño en el que me vi como un bebé frente a una gran montaña, estaba utilizando pañales y miraba a un hombre negro que tenía barba y él me miraba con una sonrisa. No podía hablar pero quería que me llevara en sus manos y me dejara en la cima de la montaña, porque él era tan grande como la montaña. La visión fue tan real que empecé a preguntarme dónde me encontraré con este hombre.
Una semana antes de volar a Nigeria, mi pastor me preguntó: «¿Por qué no puedes venir con nosotros a Nigeria?». Tuve que desistir porque el mes de febrero es un mes concurrido debido a los reportes financieros y fiscales en Francia. Esa semana, el director general de la compañía entró a mi despacho para una corta discusión y le dije que quería viajar a Nigeria, él respondió, «¿Qué?» Y le dije, «¡Sí! Quiero visitar a un profeta». Me dijo que estaba, por completo, fuera de mis cabales

Cuando entré en los locales de la SCOAN en febrero de 2002, vi una foto del Profeta TB Joshua y mi corazón dio un vuelco: era el hombre que había visto en mi sueño cuatro años antes…

A mi regreso a París, tuve un sueño en el que aparecía el mapa de África con Nigeria latiendo como un latido. Me resistí a la visión hasta mayo, cuando decidí pedir una excedencia de un mes para ir de nuevo a Lagos y decidirme definitivamente.

EL CRECIMIENTO EN DIOS

A finales del mes de junio, el día de mi partida de regreso a Francia, tomé la decisión de corazón de seguir la dirección de la llamada de Dios en mi vida y la realización del sueño que Dios me dio en 1998. El 16 de julio de 2002 dejé definitivamente Francia, después de 22 años, y llegué a Nigeria la víspera de mi cumpleaños, el 17 de julio. Un nuevo capítulo de mi vida había iniciado.
La transformación de mi vida se hizo radical mientras crecía en el conocimiento profundo y carácter de Cristo. Yo había sido desde niño un hombre taciturno, pero empecé a predicar ante una congregación.

EL AMOR DEL CORAZÓN

Nunca me habría imaginado, ni por un segundo, que en medio del mayor desafío de mi fe cristiana un profundo amor por una mujer podría brotar y permanecer. He leído la Biblia muchas veces y con frecuencia me topaba con el Libro de Rut, sin sospechar que un día se haría una realidad en mi vida: hoy aquel Libro de la Biblia que he leído tantas veces se ha cumplido en mi vida.

Por primera vez en mi vida experimenté a lo que la Biblia llama un acuerdo de corazón. Fue como si un velo se hubiera removido y empecé a entender porque siempre había existido un nivel de profundo respeto mutuo y una facilidad de entendimiento entre nosotros. .

Nuestro mutuo amor comenzó en nuestro corazón, se hizo tan profundo, natural y fue sellado por la fe en el eterno Dios del destino cuando me casé con Ruth el 14 de febrero de 2022. Aprendí una gran lección. El tipo de amor de Dios no es razonable, brota con espontaneidad y sin pretensiones desde la verdadera fuente del amor: el corazón humano. La vida jamás cierra por completo la puerta a la oportunidad. Nada es demasiado tarde o imposible, siempre y cuando Dios esté involucrado. Para el amor del corazón no existe el color, la edad ni el pensamiento. El amor terrenal jamás ignora el razonamiento antes que la decisión pero el amor del corazón ve más allá del razonamiento. Solo sigue un camino: la paz de corazón que emana de Cristo.
Nuestra fe en Jesucristo y la paz del Espíritu Santo han sellado nuestra unión para un destino mutuo. Con la misión de Cristo en primer lugar en nuestra mente, hemos iniciado el mismo viaje que emprendieron Abraham y Sarah, Booz y Rut y cada uno de los hogares Cristianos.
Se dice que vivimos la vida hacia adelante pero la entendemos hacia atrás. Ahora, al mirar hacia atrás en mi vida, en verdad, puedo decir que es un milagro. Continúo al seguir la poderosa visión que Dios me ha dado para mi vida y puedo ver Su mano dirigiendo cada paso mientras inauguramos La Universidad de Dios el 19 de junio de 2022.