ABRE LA PUERTA
«Todos queremos un encuentro con el Proveedor de la sanida, la bendición y la liberación, pero muchos de nosotros elegimos ignorar la verdad de que es el arrepentimiento lo que abre la puerta para que Dios entre. En esta vida, nada bueno sucede sin disciplina. Pero se necesita la madurez que viene de la fe para entender que Dios trabaja a través de las circunstancias de la vida y puede usar cualquier cosa para disciplinarnos, si nos desviamos del camino. Desde este punto de vista, las pruebas, las tribulaciones y las dificultades pueden convertirse realmente en nuestros amigos, pues nos obligan a reconciliar nuestro corazón con Dios y a someternos a su voluntad».