«Escucharé lo que hablará Jehová Dios;
Porque hablará paz
a su pueblo y a sus santos,
Para que no se vuelvan a la locura.


9 Ciertamente cercana está su salvación a los que le temen,


Para que habite la gloria en nuestra tierra.

10 La misericordia y la verdad se encontraron;


La justicia y la paz se besaron.


11 La verdad brotará de la tierra,

Y la justicia mirará desde los cielos.
12 Jehová dará también el bien,


Y nuestra tierra dará su fruto.


13 La justicia irá delante de él,

Y sus pasos nos pondrá por camino».



Salmos 85:8-1





En este mundo en el que somos testigos de la destrucción, a cada momento vemos, oímos y presenciamos cosas que violentan nuestra conciencia como creyentes. En esos momentos, tenemos la tentación de reaccionar emocionalmente, con ira, odio y falta de perdón que afloran en nuestros corazones.

Si miramos nuestra situación y el mundo que nos rodea con ojos humanos, tendemos a olvidar que lo real a los ojos de Dios es nuestro espíritu y que la mayor batalla es la que se libra en nuestro corazón.

¿Estás enojado, frustrado y molesto hoy por las manifestaciones de las tinieblas en la humanidad? Ven a Dios en oración pidiendo misericordia, verdad y justicia. Deja que este Salmo te recuerde que Dios es el Creador y Juez de todos. Estamos llamados a entregar nuestros corazones a Él, quien habla paz en los conflictos y usa el arma de la justicia para pelear por nosotros.

ASEGURA TU CORAZÓN

Una casa construida sobre la roca permanece para siempre.
Por la fe, comenzamos a ver no a nuestras debilidades sino a creer que tenemos la justicia de Dios en Cristo Jesús. La justicia es la posición correcta delante de Dios. En Su presencia, tu corazón está seguro.

RENUEVA TU ESPÍRITU

A pesar de cuidar mucho nuestro aspecto físico, muchos de nosotros estamos desanimados, frustrados, temerosos, enojados, amargados y ofendidos en nuestro interior, y eso se manifiesta en nuestras palabras y en nuestro comportamiento, por mucho que intentemos ocultarlo. ¿Por qué? Porque nuestro corazón no está limpio y nuestra mente no está renovada.

CONDENADO POR TU CONCIENCIA

A menudo, la reprensión más fuerte es la que viene de nuestro interior. Porque los motivos de nuestro corazón no se pueden ocultar, y nadie nos conoce mejor que nosotros mismos. Por eso, si somos condenados por nuestra conciencia, hay esperanza para nosotros.