«Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre,  que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público». Mateo 6:6

Lo que haces en privado, en lo oculto, es
muy importante para Dios porque Él ve lo que nadie más ve. Mientras que el hombre mira la
apariencia exterior, Dios mira el corazón. (1 Samuel 16:7)

Lo que haces en privado, en lo oculto, es muy importante para Dios porque Él ve lo que nadie más ve. Mientras que el hombre mira la apariencia exterior, Dios mira el corazón. (1 Samuel 16:7)

Cuando Isaí llevó a los hijos que prefería ante el profeta Samuel, el ojo de Dios se dirigióal que no había sido invitadoDavid, el joven pastor de los campos, porque tenía paraDios un corazón fiel y leal.

Fue el corazón de sacrificio lo que Jesús vio en la viuda que dio su último céntimo. Fue el corazón arrepentido el que Jesús vio en la prostituta que le lavó los pies con sus lágrimas.

¿Pasas desapercibido? ¿Te ignoran? ¿Crees que nadie te ve? Los ojos de Dios recorren la tierra para encontrar a aquellos cuyos corazones le son fieles. (2 Crónicas 16:9) Alguien te está observando. A Jesús le importas porque Jesús te ve. Así que no te desanimes. Permíteme animarte: Las oraciones por muchos años no se pierden, el perdón que muestras, la bondad que siembras, la perseverancia y resistencia que agracian tu vida volverán a ti cien veces más en el tiempo señalado por Dios porque Dios te está observando y Él nunca olvida.

La Biblia dice en Esdras 5:5 que el ojo de Dios estaba vigilando a los ancianos de los judíos para que no se detuvieran en su asignación divina hasta que tuvieran noticias del rey. Si nadie te nota, pero eres notado por Dios, te conviertes en uno con una diferencia, y tu recompensa será grande en el Cielo.

ASEGURA TU CORAZÓN

Una casa construida sobre la roca permanece para siempre.
Por la fe, comenzamos a ver no a nuestras debilidades sino a creer que tenemos la justicia de Dios en Cristo Jesús. La justicia es la posición correcta delante de Dios. En Su presencia, tu corazón está seguro.

RENUEVA TU ESPÍRITU

A pesar de cuidar mucho nuestro aspecto físico, muchos de nosotros estamos desanimados, frustrados, temerosos, enojados, amargados y ofendidos en nuestro interior, y eso se manifiesta en nuestras palabras y en nuestro comportamiento, por mucho que intentemos ocultarlo. ¿Por qué? Porque nuestro corazón no está limpio y nuestra mente no está renovada.

CONDENADO POR TU CONCIENCIA

A menudo, la reprensión más fuerte es la que viene de nuestro interior. Porque los motivos de nuestro corazón no se pueden ocultar, y nadie nos conoce mejor que nosotros mismos. Por eso, si somos condenados por nuestra conciencia, hay esperanza para nosotros.