«Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre la rueda.Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla».


(Jeremías 18:1-4).

¿Sabías que eres una obra de arte? Dios jamás creó el fracaso. Dios jamás creó el dolor. Dios nunca creo el miedo. ¿Estas listo para ser la persona que Dios creo para ser? Fuiste creado para ser una diferencia en el mundo y lo que te hace ser una diferencia está dentro de ti. Pregúntale al productor y Él te dirá lo que se necesita para producir vida. Pregúntale al Alfarero y Él te dirá el valor del proceso.

Dios tiene un propósito para cada etapa de tu vida, pero muchos han cambiado la historia de sus vidas debido a su incapacidad para ver más allá de su situación inmediata. Nunca dudes del propósito de Dios para tu vida. Cuando lleguen los problemas, mantén la calma y sé determinado. Estás a salvo en las fuertes manos de Dios.

La mano que te formó del polvo,

Es la mano que enciende el fuego para derretirte,

Es la misma mano que te reconstruye piedra a piedra,

Y que te llena de nuevo.

Cuando levantamos nuestras manos al Señor, las manos del Alfarero tienen libertad para obrar. ¿Tienen las manos de Dios libertad para obrar en tu vida? El alfarero no puede forzarte; tienes que estar dispuesto a ser fundido, remodelado y llenado antes de que puedas ser adecuado para Su propósito. ¿Estás dispuesto a someterte? ¿En qué etapa estás? ¿Estás siendo derretido? ¿Estás siendo moldeado? ¿Estás siendo lleno para Su gloria? «Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad». (Filipenses 2:13) Cualquiera que sea la etapa en la que te encuentres, tu corazón es el taller, así que confía en que estás en las manos del Alfarero.



ASEGURA TU CORAZÓN

Una casa construida sobre la roca permanece para siempre.
Por la fe, comenzamos a ver no a nuestras debilidades sino a creer que tenemos la justicia de Dios en Cristo Jesús. La justicia es la posición correcta delante de Dios. En Su presencia, tu corazón está seguro.

RENUEVA TU ESPÍRITU

A pesar de cuidar mucho nuestro aspecto físico, muchos de nosotros estamos desanimados, frustrados, temerosos, enojados, amargados y ofendidos en nuestro interior, y eso se manifiesta en nuestras palabras y en nuestro comportamiento, por mucho que intentemos ocultarlo. ¿Por qué? Porque nuestro corazón no está limpio y nuestra mente no está renovada.

CONDENADO POR TU CONCIENCIA

A menudo, la reprensión más fuerte es la que viene de nuestro interior. Porque los motivos de nuestro corazón no se pueden ocultar, y nadie nos conoce mejor que nosotros mismos. Por eso, si somos condenados por nuestra conciencia, hay esperanza para nosotros.