«Yo os he entregado, como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie ».



Josué 1:3


Como creyente en Cristo Jesús, tú tienes acceso a todas las bendiciones del Cielo, por fe, a través de la gracia.

Muchas de las bendiciones en nuestras vidas son el resultado del plan y propósito de Dios que ya están escritos en Su Libro, y se desarrollan en Su tiempo perfecto.

La Biblia nos dice en Efesios 2:10:Efesios 2:10, «Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas».

Esto significa que Dios ya ha planeado y preparado el camino por el que quiere que andemos, pero ¿cuántos de nosotros seguimos la meta y el plan de Dios para otra persona?

Para entrar en la promesa de Dios para tu vida, permite que la Palabra de Dios encauce tu camino. Sé sensible a la voz de Dios en tu corazón y obedece su guía y descubrirás que cada lugar que pises será porque Dios lo ha destinado, en Su propósito para ti. Dios es fiel, y Su promesa permanece en pie. (Salmo 119:89)

ASEGURA TU CORAZÓN

Una casa construida sobre la roca permanece para siempre.
Por la fe, comenzamos a ver no a nuestras debilidades sino a creer que tenemos la justicia de Dios en Cristo Jesús. La justicia es la posición correcta delante de Dios. En Su presencia, tu corazón está seguro.

RENUEVA TU ESPÍRITU

A pesar de cuidar mucho nuestro aspecto físico, muchos de nosotros estamos desanimados, frustrados, temerosos, enojados, amargados y ofendidos en nuestro interior, y eso se manifiesta en nuestras palabras y en nuestro comportamiento, por mucho que intentemos ocultarlo. ¿Por qué? Porque nuestro corazón no está limpio y nuestra mente no está renovada.

CONDENADO POR TU CONCIENCIA

A menudo, la reprensión más fuerte es la que viene de nuestro interior. Porque los motivos de nuestro corazón no se pueden ocultar, y nadie nos conoce mejor que nosotros mismos. Por eso, si somos condenados por nuestra conciencia, hay esperanza para nosotros.