«He aquí, de Jehová tu Dios son los cielos, y los cielos de los cielos, la tierra, y todas las cosas que hay en ella». Deuteronomio 10: 14-17


Los recursos de Dios son más abundantes que nuestros sueños y Él sostiene el corazón de todos los hombres en Sus manos.

Un creyente es alguien que está asegurado por los recursos Celestiales.

Cuando llegue el momento para que el propósito de Dios se revele en tu vida, habrá una fuerza motriz que cambiará tus acciones y tu ubicación; no se requerirá ningún esfuerzo personal.

No hay nada que Dios haya creado que Él no pueda ordenar, controlar o instruir; Él puede cambiar los corazones de las personas para que te favorezcan. Salomón fue hecho adinerado por Dios cuando Dios trajo gente de todas partes para bendecirlo. Dios puede usar cualquier cosa para hablarte, para preservarte y protegerte para Su propósito.

Así que, jamás dudes que Dios puede mover montañas para llevar a cabo Su propósito en tu vida. Él es capaz de hacer más de lo que puedas pedir o imaginar porque Él es un Dios vivo y Sus recursos son infinitos.

Cuando vengan las pruebas, jamás dudes de los recursos infinitos y la soberanía de Dios. En Hechos 23:23, Dios proveyó un destacamento de doscientos soldados, setenta jinetes y doscientos lanceros para proteger la vida del Apóstol Pablo para que Su propósito se cumpliera. Esto es algo que Pablo nunca podría haber imaginado y sin embargo Dios hizo que sucediera. Así es como Él trabaja a través de situaciones en nuestras vidas para llevar a cabo Su plan divino.

¡Nada fuera del control de Dios puede sucederte! Su gracia es suficiente para cualquier cosa que la vida traiga. Nos apoderamos de los recursos de Dios por gracia a través de la fe. Cuando sepas eso, darás un paso de fe y aprovecharás los recursos ilimitados de Dios; cuando lo hagas, serás capaz de resistir y dominar todas las circunstancias de la vida.





ASEGURA TU CORAZÓN

Una casa construida sobre la roca permanece para siempre.
Por la fe, comenzamos a ver no a nuestras debilidades sino a creer que tenemos la justicia de Dios en Cristo Jesús. La justicia es la posición correcta delante de Dios. En Su presencia, tu corazón está seguro.

RENUEVA TU ESPÍRITU

A pesar de cuidar mucho nuestro aspecto físico, muchos de nosotros estamos desanimados, frustrados, temerosos, enojados, amargados y ofendidos en nuestro interior, y eso se manifiesta en nuestras palabras y en nuestro comportamiento, por mucho que intentemos ocultarlo. ¿Por qué? Porque nuestro corazón no está limpio y nuestra mente no está renovada.

CONDENADO POR TU CONCIENCIA

A menudo, la reprensión más fuerte es la que viene de nuestro interior. Porque los motivos de nuestro corazón no se pueden ocultar, y nadie nos conoce mejor que nosotros mismos. Por eso, si somos condenados por nuestra conciencia, hay esperanza para nosotros.