«Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos. Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.».
Salmo 139:23-24
¿Sabes que Dios escudriña nuestro corazón? Porque sólo Él puede ver la verdadera motivación que hay detrás de lo que hacemos. ¿Qué revelará una búsqueda en tu corazón? ¿Pensamientos ansiosos? ¿Temor? ¿Duda? ¿Impaciencia? ¿Ira? ¿Preocupación?
Nuestra vida es lo que nuestros pensamientos hacen de ella. Cuando acudimos a Dios con nuestros labios, Él escucha nuestro corazón. La Biblia dice en 2 Crónicas 16:9 que los ojos del Señor recorren de un lado a otro fortaleciendo aquellos corazones que le son fieles.
No podemos tener un corazón completamente para Dios si tenemos pensamientos de ansiedad y ofensa porque la preocupación interfiere con el Espíritu de Dios. El salmista lo sabía. Por eso le pidió a Dios que examinara, conociera y probara su corazón para que pudiera alcanzar la vida eterna.
Pídele al Espíritu del Dios vivo que examine tu corazón y remueva cualquier raíz de pecado para que puedas amar lo que es santo, en el nombre de Jesús.