«En ti, oh Jehováme he refugiado
No sea yo avergonzado jamás.
Socórreme y líbrame en tu justicia;
Inclina tu oído y sálvame.
Sé para mí una roca de refugio,
adonde recurra yo continuamente.
Tú has dado mandamiento para salvarme,
Porque tú eres mi roca y mi fortaleza». Salmos 71:1-3


¿Con qué frecuencia buscas refugio en Dios? ¿La magnitud de tu desafío te hace sentir que Dios está muy lejos? ¿Conoces el camino para llegar a Él? Su Palabra es el puente y Su Espíritu te llevará por ese camino.


¿Buscas Su rostro sólo cuando estás en la iglesia? ¿Cuándo tienes problemas? ¿Cuándo recibes malas noticias?


Cuando Jesús prometió en Mateo 28:20, que Él estará con nosotros siempre, incluso hasta el fin de los tiempos, Él quiso decir que Él está con nosotros CONTINUAMENTE, todo el tiempo.


Eso significa que Él es un refugio para nosotros en cada momento de nuestras vidas.

¿Sabes que mientras dormías anoche, Alguien te vigilaba? Ese Alguien es el Espíritu Santo. La Biblia dice en el Salmo 121:3 que Dios nunca cierra Sus ojos sobre nosotros, que Él vela por nosotros, Él que nos guarda no se adormece ni duerme. Si Él está con nosotros todo el tiempo ¿por qué entonces muchos de nosotros sólo buscamos refugio en Él ocasionalmente?


El amor de Dios nunca se toma un día libre; por eso, para ser conscientes de Su presencia y de Su amor, la fe nunca debe tomarse un día libre; es un estilo de vida de confianza en el amor inquebrantable de Dios. Así es como podemos buscar refugio en Él continuamente.

EL LLAMADO DE LA SABIDURÍA

Es cierto que con el tiempo llega la experiencia, pero la sabiduría divina de Dios no conoce edad, ni raza, ni barrera o división. Hoy, toma la decisión de acudir al llamado de la sabiduría, y esto comienza con el simple entendimiento de que Dios es Dios y que debemos reverenciarlo.

LO QUE ES DE DIOS

Esta instrucción de Jesús nos recuerda que hagamos lo que hagamos en esta tierra, sea lo que sea con lo que nos encontremos y lo que sea que se nos presente, nada debe apartar nuestro corazón de Dios. Diferentes responsabilidades, desafíos y presiones pueden pelear por llamar nuestra atención, pero nada debe tomar el lugar de Dios en nuestro corazón, porque nuestro corazón le pertenece a Él.

PERMITE QUE EL ESPÍRITU SANTO TE GUÍE

Cuando prestamos atención a la Palabra de Dios, viéndola no como una palabra ordinaria sino como la Palabra de Dios, entonces nuestra mente será renovada y nuestro corazón comenzará a desear las cosas de arriba. Debemos estar espiritualmente inclinados a descubrir las cosas espirituales.