Quiero compartir mi testimonio sobre una poderosa experiencia de curación.
Mi padre estaba gravemente enfermo en Zimbabue.
Estaba tan mal que ni siquiera podía despertarse ni comer; estaba confinado en la cama.
A pesar de nuestros esfuerzos por ayudarle con visitas a la clínica, su estado no mejoraba.
En mi desesperación, pedí oraciones a través del hombre de Dios, el Profeta Racine.
Creo firmemente que nuestro Señor y Salvador Jesucristo intervino, ¡y estoy encantada de informaros de que mi padre vuelve a estar en pie!
Ha sido curado en el nombre de Jesucristo y ahora puede andar, comer y reanudar todas sus actividades normales.
Quiero expresar mi más sincera gratitud a nuestro Señor Jesucristo por curar a mi padre y al Profeta Racine por ser un recipiente del poder de Dios, permitiéndole curarnos y librarnos del Diablo y de sus espíritus malignos.
Esta experiencia ha reforzado mi fe, ¡y estoy verdaderamente agradecida!
Mi padre estaba gravemente enfermo en Zimbabue.
Estaba tan mal que ni siquiera podía despertarse ni comer; estaba confinado en la cama.
A pesar de nuestros esfuerzos por ayudarle con visitas a la clínica, su estado no mejoraba.
En mi desesperación, pedí oraciones a través del hombre de Dios, el Profeta Racine.
Creo firmemente que nuestro Señor y Salvador Jesucristo intervino, ¡y estoy encantada de informaros de que mi padre vuelve a estar en pie!
Ha sido curado en el nombre de Jesucristo y ahora puede andar, comer y reanudar todas sus actividades normales.
Quiero expresar mi más sincera gratitud a nuestro Señor Jesucristo por curar a mi padre y al Profeta Racine por ser un recipiente del poder de Dios, permitiéndole curarnos y librarnos del Diablo y de sus espíritus malignos.
Esta experiencia ha reforzado mi fe, ¡y estoy verdaderamente agradecida!