«La Palabra de Dios en los labios del creyente se eleva por encima de la ley de la naturaleza, llega al corazón y se convierte en la espada del Espíritu».
Se dice que vivimos la vida hacia adelante pero la entendemos hacia atrás. Ahora, al mirar hacia atrás en mi vida, en verdad, puedo decir que es un milagro.