«Me volví y vi debajo del sol, :
que ni es de los ligeros la carrera,
ni la guerra de los fuertes,
ni aun de los sabios el pan,
ni de los prudentes las riquezas,
ni de los elocuentes el favor,
sino que tiempo y ocasión acontecen a todos».
Eclesiastés 9:11
En la batalla entre la piedra
y el agua, con el tiempo gana el agua. La piedra es más dura que el agua, pero con
el tiempo, el agua la erosiona. Todo lo que se interpone en su camino acaba cediendo. El tiempo
está en las manos de Dios, y cada momento, día y año que pasa, Dios está
trabajando en tu corazón, si se lo permites.
¿Cuál es tu batalla? ¿Cuál es
esa situación que parece tan difícil, y no dispuesta a ceder? Todos luchamos batallas
comunes, sólo que camufladas de manera diferente. No permitas que las vicisitudes de la vida
endurezcan tu corazón y te hagan dudar del amor de Dios por ti. Permite que el agua pura
de la Palabra de Dios te refine y te derrita. No importa lo que diga tu situación,
hay una salida.
Dios a menudo trabaja a
través de las circunstancias de tu vida para moldearte para Su plan divino. No importa cuán difícil parezca
tu situación hoy, ninguna condición es permanente. Cuando es el tiempo de Dios
para que te muevas hacia tu destino, nada podrá detenerlo. El agua de la Palabra
de Dios romperá los obstáculos y abrirá el camino para una nueva temporada.
El agua siempre está en movimiento,
siempre fluye, como lo hace el Espíritu de Dios en tu corazón. ¡Así como el agua erosiona la
piedra con el tiempo, Dios está haciendo Su proceso en nuestras vidas! tenemos que ser
absolutamente obedientes a Sus caminos; y cuando llegue el momento, veremos Su
gloria.
Que el agua viva de la presencia de Dios lave tus miedos y dudas hoy en el nombre de Jesús, mientras le permites terminar Su proceso en tu corazón, porque con el tiempo el agua vence.