EL BOLETO A LA ETERNIDAD



Proverbios 7:1-3



«Hijo mío, guarda mis razones,



Y atesora contigo mis mandamientos.



Guarda mis mandamientos y vivirás,



Y mi ley como las niñas de tus ojos.



Lígalos a tus dedos;



Escríbelos en la tabla de tu corazón».

Jesús nos enseñó el Padre Nuestro para que oremos al Padre que nos dé el pan de cada día. Jesús dijo en Juan 4:32-34, «Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabéis. Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra». Hay algo más importante que la comida en la mesa, la sanidad, la bendición, el progreso que buscamos en esta vida. No obstante, necesitamos esas cosas mientras vivamos aquí en la tierra, todas son cosas terrenales. Por eso, no pongas tu corazón en lo terrenal. Recordemos que hay vida después de la vida. ¿Qué vamos a llevar a la vida después de la vida, ante Dios? Las cosas terrenales se acaban cuando se acaba la vida. Pero solo hay una cosa que es eterna que un día llevaremos para ver al Padre, un corazón recto purificado por la Palabra viva. La Palabra de Dios en nuestro corazón es nuestro boleto a la vida eterna.

En Mateo 22:21 Jesús dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. Lo que es de Dios debe volver a Él. Con la Palabra de Dios en tu corazón, un día podrás regresar a Él en el lugar de gloria. La Palabra de Dios es Espíritu que creó el mundo material. Esto significa que el Espíritu es superior. ¿Por qué entonces, hoy en día, las personas adoran lo inferior, en lugar de lo superior?

¿Sabes que, desde el principio, Dios quiso que los hombres apreciaran lo superior? Adán y Eva fallaron la prueba de fe de guardar el mandamiento superior de Dios porque el inferior parecía muy tentador. Oro a Dios que te fortalezca para que atesores la Palabra de Dios con todo tu corazón en todo lo que hagas ya que es el boleto a la eternidad, en el nombre de Jesús.

LA EXALTACIÓN DE DIOS

«Si entran a un ascensor para ir a la azotea de un rascacielos, ¿cuántos de ustedes presionarían el botón para bajar al estacionamiento subterráneo? Nadie. Sin embargo, en la manera de Dios de hacer las cosas, es nuestro trabajo someternos y humillarnos ante Él y Su trabajo levantarnos en Su tiempo y a Su manera. En otras palabras, la humildad es la forma en que Dios nos enaltece».

LA PEREGRINACIÓN

«Sólo cuando sabemos que el Cielo es nuestro hogar eterno nos viene la fuerza espiritual para atravesar todas las pruebas de la vida y salir fortalecidos. Como hijo de Dios, la vida en esta tierra es una peregrinación, en la que honramos a Dios en cada montaña, en cada valle, y en cada estación de nuestra vida y sabemos que el destino es estar con Jesús para siempre».

PERLA DE GRAN PRECIO

Salmos 56:8-9 dice: «Tú llevas la cuenta de todas mis angustias y has juntado todas mis lágrimas en tu frasco; has registrado cada una de ellas en tu libro. Mis enemigos emprenderán la retirada cuando yo clame a ti por ayuda. Una cosa sé: ¡Dios está de mi lado!»
Dios nunca olvida. La gente no quiere sentir dolor en esta vida, sino ser apreciada. ¿Sabes que lo que hace una perla son las lágrimas? Y esa es la razón por la que las perlas no tienen precio. De la misma manera, tu necesitas ser derretido, moldeado y llenado antes de que puedas ser una perla de utilidad para Cristo.