«Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla? No sea que después que haya puesto el cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de él, diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar».


Lucas 14:28-30

¿Estás listo para renunciar a tu vida aquí en la tierra y ganar la vida eterna en el Cielo?

El costo de lo que has renunciado por Dios es lo que hace que Su relación sea tan valiosa para ti. Si examinas tu vida, sabrás que si luchas por algo no lo querrás perder. Por lo tanto, es la batalla constante que libras en tu corazón entre la fe y la duda, entre la humildad y el orgullo, entre la luz y las tinieblas, lo que hace que la paz de Cristo sea tan valiosa para ti. Es la tormenta en tu corazón lo que hace que la calma sea tan significativa para ti.

Solo con Jesús en tu vida es que puedes permanecer firme en este mundo inestable. Por eso son los aguijones y las pruebas los que constituyen la belleza en nuestro camino a la eternidad, porque fortalecen nuestra vida espiritual. La salvación es más que solo decir «Señor Jesús, soy un pecador, entra a mi corazón, límpiame con Tu preciosa Sangre, salva mi alma hoy», y luego seguir con tu alegre camino. La salvación es un compromiso completo y total a Jesús.

Es por eso que en el momento en que somos verdaderamente salvos, estamos involucrados en una batalla fenomenal (Juan 15: 18-22). Hasta el fin de nuestros días, no seremos intocables; satanás podrá alcanzarnos, pero no podrá destruirnos. Si sabes que esta decisión de seguir a Jesús es para la eternidad, comprometerás tu corazón en ello.



EL SEÑOR HA AHUYENTADO A TU ENEMIGO

¿Cuántos de nosotros, como la gente de la ciudad moribunda, azotada por el hambre, nos rendimos al miedo, a la desesperación y nos resistimos a salir cuando Dios ha ahuyentado a nuestro enemigo? El miedo puede paralizarnos y atormentarnos, y robarnos las oportunidades de la vida. ¿Cuántos minutos, horas, días, semanas, meses e incluso años hemos desperdiciado por culpa del miedo?

ENTRA EN LA PROMESA DE DIOS

Para entrar en la promesa de Dios para tu vida, permite que la Palabra de Dios encauce tu camino. Sé sensible a la voz de Dios en tu corazón y obedece su guía y descubrirás que cada lugar que pises será porque Dios lo ha destinado, en Su propósito para ti. Dios es fiel, y Su promesa permanece en pie. (Salmo 119:89)

TU PRUEBA

«Si miramos hacia atrás en nuestras vidas, podemos ver cómo Dios nos ha guiado a través de muchas situaciones en el desierto y nos ha demostrado Su fidelidad, amor, guía y sabiduría».
Pero cuando estamos en medio de una prueba, a veces es difícil reconocerlo.
Los israelitas tardaron en percibir que su tiempo en el desierto era una prueba. ¿Y qué estaba probando Dios? Sus corazones.
Nuestras motivaciones son pesadas por el Señor. Jesús se enfoca en la motivación que está detrás de lo que hacemos. Por eso Dios pone a prueba nuestros corazones para recompensarnos.