«Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis». Jeremías 29:11
Ningún hombre puede conocer a través de la señal o la situación presente lo que le deparará el futuro. ¿Tu situación presente te hace dudar de la promesa de Dios en tu vida? El sueño de José tardó 13 años en cumplirse, pero él nunca dudó del Proveedor de su sueño. Él sabía que era un hijo de la promesa.
Aunque la condición presente de José parecía tan desalentadora, su futuro estaba en su corazón porque su enfoque estaba en Dios. Desde que lo vendieron como esclavo hasta que lo acusaron falsamente y lo metieron en prisión, fue rechazado, olvidado y abandonado por aquellos a quienes amaba, servía lealmente y ayudaba desinteresadamente; sin embargo, durante todo ese tiempo, Dios lo estaba preparando para el futuro, porque el futuro estaba en su corazón.
¿Dónde está tu corazón? Porque Jesús nos enseñó en Mateo 6:21 que donde está tu tesoro, allí está tu corazón. Todo es cuestión de enfoque. Si le das tu atención a Dios, te conviertes en lo que Dios dice que eres, tienes lo que Dios dice que tienes y puedes hacer lo que Dios dice que puedes hacer.
Es cuando le das tu atención a Dios que Dios puede usarte y desarrollar el don que te llevará a un lugar de relevancia junto a Él. Si el corazón de José estuviera atado por el dolor del pasado, atrapado por la autocompasión del presente o aprisionado por la ansiedad del futuro, no habría tenido un espíritu libre para poder ver el dolor de los que le rodeaban y ser un solucionador de problemas.
¿En qué situación te encuentras? Si manejas tus buenos tiempos presentes con descuido, pronto pueden convertirse en tiempos difíciles y si manejas tus tiempos difíciles presentes con cuidado, pronto pueden convertirse en tiempos buenos.
Aprende esta lección de José: tu futuro está en tu corazón.