«Mas a todos los que le recibieron, a los





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creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios».



Juan 1:12

El Libro de Juan 1:12 dice que somos hijos e hijas de Dios con poder. ¿Cómo tenemos acceso a ese poder? El pase de acceso: sólo creer. Ese es el poder de la fe. La fe es la fuerza espiritual que nos permite marcar la diferencia. Diferencia significa logros fuera de lo común. ¿Por qué es necesaria la fe para marcar la diferencia? Somos salvos, bendecidos y victoriosos por gracia mediante la fe. La fe nos da acceso a todos los recursos del Cielo. Jesús le dijo al padre del niño endemoniado en Marcos 9:23 «Al que cree todo le es posible». Cuando des un paso de fe verás la gloria de Dios. (Juan 11:40)

Inmediatamente que Dios llamó a Abraham para que fuera a un lugar de asignación divina, Abraham salió de los cálidos brazos de su familia sin ninguna duda y se aventuró en la vida de fe y se convirtió en padre de naciones.

Inmediatamente Jesús llamó a los hijos de Zebedeo: Juan y Santiago, dejaron su oficio de pescadores y siguieron a Jesús y se convirtieron en los grandes Apóstoles que conocemos.

Inmediatamente que Saulo tuvo la revelación de Jesucristo, su vida de perseguidor llegó a su fin, y por la fe emprendió el viaje misionero a lugares desconocidos para difundir el conocimiento de la gracia salvadora de Cristo.

La obra de la fe no es un riesgo, sino un acto seguro y práctico. Cuando aprendamos a afrontar nuestra situación con fe, no habrá límite para lo que podamos lograr.

EL HUERTO DE LA DECISIÓN

En el huerto del Edén, un lugar de placer, un lugar de abundancia, un lugar de intimidad con Dios, Adán desobedeció.
En el huerto de Getsemaní, un lugar de dolor, un lugar de tristeza, un lugar de sufrimiento donde delante de Él estaba el peso de los pecados del mundo y el rechazo de Dios, Jesús obedeció.

BÚSCAME

¿Sabes que Dios escudriña nuestro corazón? Porque sólo Él puede ver la verdadera motivación que hay detrás de lo que hacemos. ¿Qué revelará una búsqueda en tu corazón? ¿Pensamientos ansiosos? ¿Temor? ¿Duda? ¿Impaciencia? ¿Ira? ¿Preocupación?

EL ARMA MÁS PODEROSA

No importa el desafío o la confrontación que enfrentes hoy, lo que importa es cómo respondes, porque nuestro verdadero enemigo es el pecado. Cuando nuestra impaciencia es provocada, nuestra paciencia tiene la oportunidad de crecer, cuando nuestro odio es provocado, nuestro amor tiene la oportunidad de crecer. Cuando nuestra duda es provocada, nuestra fe tiene la oportunidad de crecer. El salmista comprendió que la única manera de responder como Dios quiere que respondamos, es cuando la Palabra de Dios está en el interior de nuestro corazón.