Hechos 7:48 -50 Si bien el Altísimo no habita en templos hechos de mano, como dice el profeta: El cielo es mi trono, y la tierra el estrado de mis pies. ¿Y qué casa me edificaréis?, dice el Señor, o ¿cuál es el lugar de mi reposo? ¿No hizo mi mano todas estas cosas?

En 1 Crónicas 28:10 Dios eligió a Salomón, hijo de David, para construir Su templo como santuario de alabanza, adoración y oración. Le dio la habilidad, la fuerza y la capacidad para hacerlo. Pero Salomón mismo dijo en el Salmo 127:1


Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los constructores.





Jesucristo, el Hijo de David, es el Constructor del verdadero templo donde Dios habita (Mateo 16: 18). Jesús utiliza la Palabra Viva para hacer del corazón humano el santuario de Su Espíritu. El Espíritu Santo viene del Cielo para hacer Su hogar en tu corazón. Dios se está construyendo en nosotros, haciéndose parte integral de nosotros mientras Su Palabra gobierna, domina y santifica nuestra naturaleza espiritual. Ahora, tienes que ser fuerte y asumir tu propio rol. Cual es tu rol, arrestar tu corazón para Dios. Llevar cautivo todo pensamiento y hacerlo obediente a Cristo. (2 Corintios 10:5).


Dios ya ha preparado tu corazón para ser Su Templo divino. Por eso Dios te ha escogido y preparado antes de ponerte en el fuego de la vida.

Pero no olvides que el Espíritu Santo no puede morar en un lugar profano ni en un corazón inestable.


Sólo cuando la iglesia de hoy se dé cuenta de que la esencia del verdadero Templo es Cristo en ti, la Esperanza de Gloria, veremos la necesidad vital y esencial del Espíritu Santo en nuestras vidas.

Por tanto, rinde tu corazón al Espíritu Santo y sé lleno de Cristo (Efesios 3:17).


Oh Espíritu Santo, toma más de mí y dame más de Ti.

EL DUEÑO DE MI ALMA

¿Cuál es el valor de la vida humana? No importa cuántas riquezas poseamos, o cuántas posesiones tengamos en esta vida, nunca jamás podremos tener lo suficiente para ser dueños de nuestra alma. Sólo Dios es quien determina el principio y el fin de la vida, y sólo Él puede redimir nuestra alma, para darnos la vida eterna.

CONTINUAMENTE

La Biblia dice en el Salmo 121:3 que Dios nunca cierra Sus ojos sobre nosotros, que Él vela por nosotros, Él que nos guarda no se adormece ni duerme. Si Él está con nosotros todo el tiempo ¿por qué entonces muchos de nosotros sólo buscamos refugio en Él ocasionalmente?

TU CORAZÓN ESTÁ EN SUS MANOS

¿Tienes ganas de rendirte cuando oras por situaciones o personas? No te desanimes, porque la oración no son palabras vacías, sino el reconocimiento de que existe un reino superior que controla los mundos visible e invisible. Y el Rey de este reino es el Rey de tu corazón. Cuando Él dice sí, nadie puede decir no.