«Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida». Proverbios 4:23
Hay muchos millonarios y adinerados, sin embargo, sus corazones jamás dijeron que ellos fueran ricos. Hoy, puedes ver a alguien que para ti sea grandioso aunque su corazón esté diciendo que no lo sea.
Lo que tu corazón te esté diciendo es lo que eres. Observa tu vida: muchas veces las personas te ven feliz mientras que tu corazón te está diciendo que estás triste y esa tristeza se traduce en todo lo que haces. Si quieres leer la Biblia, tu corazón te dice que no lo hagas. Si estás en la Casa de Dios, tu corazón te dirá que no estás allí. Cuando tu corazón empieza a pensar, «no sé lo que me pasará después», te enfermas. ¿Qué te está diciendo tu corazón?
El corazón es el punto de contacto tanto para el Espíritu Santo como para los espíritus malignos. Es por esta razón que debes capturar tu corazón para Dios (2 Corintios 10:5). ¿Cómo puedes capturar tu corazón? Mediante la meditación. La mayoría de nosotros hemos estado viviendo en el proceso del pensamiento pero no sabemos cómo meditar. Hay una diferencia. La meditación tiene que ver con Dios, el pensar tiene que ver con nuestros problemas. ¿En qué estás pensando? Tu vida es lo que piensas todo el día. Las personas pueden verte como un hombre pobre pero si tu corazón te está diciendo que tú eres grandioso, eres grandioso verdaderamente.
El Rey Salomón dijo: «Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad». (Proverbios 16:32)
Hoy, puedes empezar a capturar tu corazón y a mantenerlo a tu favor al meditar en la Palabra de Dios. Cuanto más pienses en lo que lees en la Biblia, más te familiarizarás con la voz de Dios en tu corazón. Por eso debes escuchar tu corazón porque es ahí donde Dios te habla.