«Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida». Deuteronomio 4:9

El tiempo, a menudo, es el enemigo de la gratitud. Con sus últimas palabras ante el pueblo de Israel, Moisés les imploró que no olvidaran la bondad de Dios con la que los había rescatado de la esclavitud y había sostenido en el desierto por 40 años con la columna de nube en el día, la columna de fuego en la noche y el Maná del Cielo.

Antes que cualquier otra cosa, es nuestro corazón el primero en olvidar. Es por esto que nos alejamos poco a poco de Dios a medida que nuestros corazones empiezan a enfocarse en lo que no tenemos. Una de las tácticas satánicas es conseguir que dudes de la bondad de Dios porque él sabe que cada vez que dices «gracias, Jesús», estás edificando tu relación con Dios.

Muchos de nosotros solo reconocemos en nuestras vidas la bondad inmediata de Dios y nos apresuramos a olvidar el largo camino, a olvidar cómo Él nos ha levantado cada vez que hemos caído. Cuando leas el Libro de los Salmos, verás que David reconoció la bondad de Dios durante toda su vida. Su corazón jamás se apartó de su Dios, por el contrario, él fue un hombre conforme al corazón de Dios. El agradecimiento crea valor. Cuando agradeces la bondad de Dios en tu vida, cuando reconoces a Dios como nuestro Sanador y nuestro Salvador, Él lo hará una y otra vez. Tómate un momento para repasar el historial de Dios en tu vida y verás razones para reconocer la bondad de Dios.

Si te olvidas de tu Dios, caerás en el precipicio de la vida. Permite que estas palabras de Moisés resuenen en tu corazón mientras guardas tu alma para que no te olvides de tu Dios.

DIOS PRIMERO

Aprendamos de David, que estaba dispuesto a ser humillado ante sus propios ojos para que Dios fuera honrado. Pregúntate a ti mismo: ¿Qué lugar ocupa honrar a Dios en tu lista de prioridades? ¿Le das gracias por todo lo que ha hecho en tu vida, a lo largo de todo el camino? Mientras que los hombres miran el exterior, Dios mira los motivos del corazón. En lugar de preocuparte por la opinión de los demás sobre ti, deja que el motivo de tu corazón cada día sea honrar a Dios antes que a ti mismo.

EL SACRIFICIO DE JUSTICIA

No hay un tiempo para hacer lo que es correcto. Debemos disponer nuestro corazón para obedecer la Palabra de Dios, todo el tiempo. El estilo de vida de Dios nos llama a hacer lo que es correcto a los ojos de Dios en todo tiempo, aunque sea contrario a lo que por naturaleza queremos hacer. Elegir hacer lo correcto es una gran prueba para nuestra carne.

¿Qu¿Qué es el sacrificio de justicia? Elegir hacer la voluntad de Dios en lugar de la nuestra. Cuando nuestra carne dice odio, Dios dice amor. Se necesita amor sacrificial para amar a tu enemigo y orar por él. Estas son las armas de la justicia. Este es el sacrificio que Jesús mira y recompensa. Aunque no sea un sacrificio grande o en el exterior, es lo que Jesús valora.

UNA VIDA NUEVA

Cuando hablamos de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, estamos hablando de la excepcional oportunidad que Él ha dado a todos los creyentes de experimentar un nuevo comienzo; una situación en la que cada área muerta de nuestras vidas recibe una nueva vida.

Estamos muertos a nuestro pasado y vivos para nuestro futuro. El poder del pecado sobre nosotros ha sido roto y ahora nos revestimos de la nueva vida de Cristo: en Él vivimos, en Él nos movemos y en Él tenemos nuestro ser. Este es el significado de la resurrección.