«Y recordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos». Deuteronomio 8:2

Si miramos hacia atrás en nuestras vidas, podemos ver cómo Dios nos ha guiado a través de muchas situaciones en el desierto y nos ha demostrado Su fidelidad, amor, guía y sabiduría.

Pero cuando estamos en medio de una prueba, a veces es difícil reconocerlo.

Los israelitas tardaron en percibir que su tiempo en el desierto era una prueba. ¿Y qué estaba probando Dios? Sus corazones.

Nuestras motivaciones son pesadas por el Señor. Jesús se enfoca en la motivación que está detrás de lo que hacemos. Por eso Dios pone a prueba nuestros corazones para recompensarnos.

Sea cual sea la situación en la que te encuentres, por dura que sea la presión o la tentación de quejarte, de murmurar y de lamentarte, no olvides nunca que la elección es el mayor regalo que tenemos.

Puedes elegir decirle no al miedo, a la duda, a la negatividad. Puedes elegir confiar en la promesa de Dios y obedecer Su voz. Es obedeciendo la Palabra de Dios en medio de nuestra prueba que crecemos espiritualmente y entonces cuando miramos hacia atrás, no vemos nuestra hambre, nuestra necesidad, nuestra incomodidad sino la bondad de Dios, Su fidelidad y Su provisión.

Es entonces cuando has pasado la prueba.

EL DUEÑO DE MI ALMA

¿Cuál es el valor de la vida humana? No importa cuántas riquezas poseamos, o cuántas posesiones tengamos en esta vida, nunca jamás podremos tener lo suficiente para ser dueños de nuestra alma. Sólo Dios es quien determina el principio y el fin de la vida, y sólo Él puede redimir nuestra alma, para darnos la vida eterna.

CONTINUAMENTE

La Biblia dice en el Salmo 121:3 que Dios nunca cierra Sus ojos sobre nosotros, que Él vela por nosotros, Él que nos guarda no se adormece ni duerme. Si Él está con nosotros todo el tiempo ¿por qué entonces muchos de nosotros sólo buscamos refugio en Él ocasionalmente?

TU CORAZÓN ESTÁ EN SUS MANOS

¿Tienes ganas de rendirte cuando oras por situaciones o personas? No te desanimes, porque la oración no son palabras vacías, sino el reconocimiento de que existe un reino superior que controla los mundos visible e invisible. Y el Rey de este reino es el Rey de tu corazón. Cuando Él dice sí, nadie puede decir no.