«Estad quietos y conoced que yo soy Dios». Salmo 46:10

Es cuando tus sentidos están en quietud que tu espíritu despierta a tu Creador. Dios reveló esto a Su Profeta Isaías: «Porque asi dijo Jehová el Señor, el Santo de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y en confianza será vuestra fortaleza». Isaías 30:15

En este mundo de constante actividad y de ruidos, muchos anhelan el silencio, la paz de la naturaleza. Sin embargo, incluso en medio de la serenidad y la paz del exterior, a menudo la tormenta sigue haciendo estragos en el interior. ¿Hay alguna tormenta en tu corazón? ¿La tormenta de la preocupación, la ansiedad, los pensamientos negativos, la ira, la ofensa, el miedo y la duda? Es en la quietud de nuestra alma donde podemos conocer a Dios, no por nuestros sentimientos, sino por la fe.

Esa es la promesa de la fe. Cuando creemos de verdad, nuestro corazón descansa. Si todavía estás inquieto, intranquilo, preocupado y ansioso por dentro, debes saber que todavía no has creído verdaderamente. En nuestros desafíos diarios, necesitamos encontrar la calma suficiente para pensar con claridad y reaccionar con diligencia.

¿Cómo tranquilizamos nuestra alma? Creyendo lo que Dios dice. Los verdaderos creyentes deben tener la determinación de no escuchar el pánico del momento, sino encontrar la tranquila voz del consejo y escuchar lo que el Espíritu Santo tiene que decir sobre ese asunto. La primera obra de fe es poner fin a nuestro propio esfuerzo y descansar en el amor, la sabiduría y el poder de Dios.

El mismo Jesús quien ordenó a los vientos y a las olas que se calmaran quiere calmar la tormenta en tu corazón para que puedas estar quieto en tu interior y conocer a Dios.

«Señor Jesús, calma la tormenta en mi corazón, para que en medio de mis desafíos, pueda estar quieto en mi interior, y conocerte».

DIOS PRIMERO

Aprendamos de David, que estaba dispuesto a ser humillado ante sus propios ojos para que Dios fuera honrado. Pregúntate a ti mismo: ¿Qué lugar ocupa honrar a Dios en tu lista de prioridades? ¿Le das gracias por todo lo que ha hecho en tu vida, a lo largo de todo el camino? Mientras que los hombres miran el exterior, Dios mira los motivos del corazón. En lugar de preocuparte por la opinión de los demás sobre ti, deja que el motivo de tu corazón cada día sea honrar a Dios antes que a ti mismo.

EL SACRIFICIO DE JUSTICIA

No hay un tiempo para hacer lo que es correcto. Debemos disponer nuestro corazón para obedecer la Palabra de Dios, todo el tiempo. El estilo de vida de Dios nos llama a hacer lo que es correcto a los ojos de Dios en todo tiempo, aunque sea contrario a lo que por naturaleza queremos hacer. Elegir hacer lo correcto es una gran prueba para nuestra carne.

¿Qu¿Qué es el sacrificio de justicia? Elegir hacer la voluntad de Dios en lugar de la nuestra. Cuando nuestra carne dice odio, Dios dice amor. Se necesita amor sacrificial para amar a tu enemigo y orar por él. Estas son las armas de la justicia. Este es el sacrificio que Jesús mira y recompensa. Aunque no sea un sacrificio grande o en el exterior, es lo que Jesús valora.

UNA VIDA NUEVA

Cuando hablamos de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, estamos hablando de la excepcional oportunidad que Él ha dado a todos los creyentes de experimentar un nuevo comienzo; una situación en la que cada área muerta de nuestras vidas recibe una nueva vida.

Estamos muertos a nuestro pasado y vivos para nuestro futuro. El poder del pecado sobre nosotros ha sido roto y ahora nos revestimos de la nueva vida de Cristo: en Él vivimos, en Él nos movemos y en Él tenemos nuestro ser. Este es el significado de la resurrección.