LA RESPUESTA INVISIBLE A TU ORACIÓN

«Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?».

¿Alguna vez te has tomado el tiempo para detenerte y reflexionar acerca de la fidelidad de Dios, a fin de meditar cómo Él ha respondido a tus oraciones? No puedes separar a Dios de Su voluntad, de Sus promesas ni de Su tiempo. Las oraciones ofrecidas por muchos años nunca se pierden. Volverán a ti cien veces más en el tiempo señalado por Dios. Incluso, muchas han vuelto a ti pero como has olvidado la oración que ofreciste, la respuesta parece no ser vista.

¿Estás tentado a dudar de la bondad de Dios hacia ti? Escucha a Josué, quien le aseguró a los israelitas que habían visto el cumplimiento de cada una de las promesas de Dios (Josué 23:15).

¿Te estás preguntando si Dios escucha tu oración? Aprende de Daniel que tan pronto como comenzó a orar obtuvo una respuesta(Daniel 9:23).

¿Estás condicionando a Dios al esperar que la respuesta a tu oración venga de una manera particular? Pregúntale a Simeón y él te dirá que la respuesta a su oración vino de una manera que nunca imaginó (Lucas 2:25-29).

La oración es el reconocimiento de que existe un reino superior que controla el mundo físico e invisible. Dios siempre responde la oración de fe pero no siempre la responde al pie de la letra. Aunque parece que no se ve, empieza a dar gracias a Dios por una respuesta más gloriosa a tu oración, más de lo que podrías imaginar.

LA EXALTACIÓN DE DIOS

«Si entran a un ascensor para ir a la azotea de un rascacielos, ¿cuántos de ustedes presionarían el botón para bajar al estacionamiento subterráneo? Nadie. Sin embargo, en la manera de Dios de hacer las cosas, es nuestro trabajo someternos y humillarnos ante Él y Su trabajo levantarnos en Su tiempo y a Su manera. En otras palabras, la humildad es la forma en que Dios nos enaltece».

EL BOLETO A LA ETERNIDAD

En Mateo 22:21 Jesús dijo: Dad, pues, a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios. Lo que es de Dios debe volver a Él. Con la Palabra de Dios en tu corazón, un día podrás regresar a Él en el lugar de gloria.

LA PEREGRINACIÓN

«Sólo cuando sabemos que el Cielo es nuestro hogar eterno nos viene la fuerza espiritual para atravesar todas las pruebas de la vida y salir fortalecidos. Como hijo de Dios, la vida en esta tierra es una peregrinación, en la que honramos a Dios en cada montaña, en cada valle, y en cada estación de nuestra vida y sabemos que el destino es estar con Jesús para siempre».