Muchas veces, las cosas se salen de control y muy a menudo, el corazón se vuelve muy pesado y su dolor se oculta. Cuando se vuelve más agobiante, en ocasiones los ojos tienen que mirar hacia arriba para evitar que caiga una gota. Cuando ya no es fácil de soportar, las manos se mueven deprisa para secarla antes de que alguien pueda ver la lágrima.


¿Cómo puede ser fácil, cuando este mundo es un mundo atribulado? El hombre nace con problemas, pero el Cielo lo sabe. El hombre no tiene problemas que no estén registrados en el Cielo. A veces Dios permite esa situación dolorosa en la vida, sólo para acercarte más a Él o para fortalecer tu fe, porque nuestra fe se fortalece en las dificultades.



¿Te ha agobiado tu situación? Anímate hoy,




Salmos 56:8-9




dice:




«Tú llevas la cuenta de todas mis angustias





y has juntado todas mis lágrimas en tu frasco; has registrado cada una de ellas en tu libro. Mis enemigos emprenderán la retirada cuando yo clame a ti por ayuda. Una cosa sé: ¡Dios está de mi lado!» .

Dios nunca olvida. La gente no quiere sentir dolor en esta vida, sino ser apreciada. ¿Sabes que lo que hace una perla son las lágrimas? Y esa es la razón por la que las perlas no tienen precio. De la misma manera, tu necesitas ser derretido, moldeado y llenado antes de que puedas ser una perla de utilidad para Cristo.


Todos quieren ser apreciados como una perla y sin embargo, no todos están dispuestos a pasar por el proceso de transformación. Jesús quiere transformarte en una perla preciosa, pero muchas veces no se lo permites, porque a veces no es el camino más fácil, Dios puede permitir que algunas situaciones se presenten en tu camino, pero la forma en que respondas a ellas determinará lo que será de ti. ¿Saldrás como una perla preciosa o seguirás siendo el viejo hombre dentro de ti?

En medio de tus problemas, cuando mires a Jesús, disfrutarás del sabor de la miel mientras te tragas tus lágrimas. Recuerda, Alguien está en algún lugar contando tus lágrimas y convirtiéndolas en perlas preciosas. Mientras vivamos en este mundo, las heridas, el dolor, la desilusión continuarán viniendo, pero tus lágrimas por amor a Dios, tu firme obediencia a la Palabra de Dios en medio de ellas producirá una perla de gran precio. Mateo 13:45dice,Mateo 13:45 dice: «También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que, habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró».


Te dejo con una pregunta para tu corazón: ¿Encontrará el mercader una perla de gran precio en ti?

DIOS PRIMERO

Aprendamos de David, que estaba dispuesto a ser humillado ante sus propios ojos para que Dios fuera honrado. Pregúntate a ti mismo: ¿Qué lugar ocupa honrar a Dios en tu lista de prioridades? ¿Le das gracias por todo lo que ha hecho en tu vida, a lo largo de todo el camino? Mientras que los hombres miran el exterior, Dios mira los motivos del corazón. En lugar de preocuparte por la opinión de los demás sobre ti, deja que el motivo de tu corazón cada día sea honrar a Dios antes que a ti mismo.

EL SACRIFICIO DE JUSTICIA

No hay un tiempo para hacer lo que es correcto. Debemos disponer nuestro corazón para obedecer la Palabra de Dios, todo el tiempo. El estilo de vida de Dios nos llama a hacer lo que es correcto a los ojos de Dios en todo tiempo, aunque sea contrario a lo que por naturaleza queremos hacer. Elegir hacer lo correcto es una gran prueba para nuestra carne.

¿Qu¿Qué es el sacrificio de justicia? Elegir hacer la voluntad de Dios en lugar de la nuestra. Cuando nuestra carne dice odio, Dios dice amor. Se necesita amor sacrificial para amar a tu enemigo y orar por él. Estas son las armas de la justicia. Este es el sacrificio que Jesús mira y recompensa. Aunque no sea un sacrificio grande o en el exterior, es lo que Jesús valora.

UNA VIDA NUEVA

Cuando hablamos de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo, estamos hablando de la excepcional oportunidad que Él ha dado a todos los creyentes de experimentar un nuevo comienzo; una situación en la que cada área muerta de nuestras vidas recibe una nueva vida.

Estamos muertos a nuestro pasado y vivos para nuestro futuro. El poder del pecado sobre nosotros ha sido roto y ahora nos revestimos de la nueva vida de Cristo: en Él vivimos, en Él nos movemos y en Él tenemos nuestro ser. Este es el significado de la resurrección.