«El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos».
(Juan 3:31)
Cuando Jesús vino a la tierra, el Dios Todopoderoso vino a la tierra. Él no vino del polvo; por eso no volvió al polvo. Él vino del Cielo y volvió al Cielo. Por eso resucitó de entre los muertos.
Aunque nació en un pesebre y se creció hasta convertirse en un hombre, Él era de lo alto y vino a mostrarnos un Reino de lo alto, el Reino de los Cielos.
Creemos que la Biblia es verdadera debido a la vida de Jesucristo. Jesucristo Mismo creía en las Escrituras. Las citó como las Palabras absolutas de Dios. Probó las Escrituras. Las enseñó. Vivió de acuerdo a ellas y las hizo funcionar.
Mientras celebramos el nacimiento de Cristo en estas fiestas, demos gracias a Dios por las Palabras de Jesús que son Espíritu y vida. Porque como Él dijo en Mateo 24:35: «El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán jamás».