La mayoría de nosotros no valoramos las cosas que nos llegan de forma gratuita y, sin embargo, las cosas más grandes de la vida son gratis: el amor de Dios y el amor de corazón.

Debido a que estamos enfocados en pedirle a Dios por esto, por aquello, por lo otro, olvidamos rápidamente que en realidad Dios se nos ha dado A SI MISMO, gratuitamente.

Dios Todopoderoso te formó, envió a su Hijo a morir por ti para salvarte del pecado y te dio su Espíritu para que habitara en tu corazón. . A través de Jesucristo, Su Hijo, puedes tener una relación especial con Dios, de corazón a corazón. Cualquiera que sea la posición o condición en la que te encuentres hoy, puedes conocer a Dios personalmente.

Esta es la promesa que Dios dio en Jeremías 31:33-34

“Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel
    después de aquellos días, dice  Jehová.
“Daré mi ley en su mente,
    y la escribiré en su corazón.
y yo seré a ellos por Dios,
    y ellos me serán por pueblo.
Y no enseñará más ninguno  a su prójimo,
    ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová;
porque todos  me conocerán,
    desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, ”
dice  Jehová.

Deberías preguntarte, si Dios te dio su posesión más preciada, ¿por qué te negaría algo de menor valor?

El Dios que te creó ahora habita en ti. Este es el mayor milagro.

Señor Jesús, ¡gracias por hacer posible para mí que sea salvo! Gracias por este gran regalo. Ayúdame a apreciar este gran milagro, en Tu santo nombre.

EL LLAMADO DE LA SABIDURÍA

Es cierto que con el tiempo llega la experiencia, pero la sabiduría divina de Dios no conoce edad, ni raza, ni barrera o división. Hoy, toma la decisión de acudir al llamado de la sabiduría, y esto comienza con el simple entendimiento de que Dios es Dios y que debemos reverenciarlo.

LO QUE ES DE DIOS

Esta instrucción de Jesús nos recuerda que hagamos lo que hagamos en esta tierra, sea lo que sea con lo que nos encontremos y lo que sea que se nos presente, nada debe apartar nuestro corazón de Dios. Diferentes responsabilidades, desafíos y presiones pueden pelear por llamar nuestra atención, pero nada debe tomar el lugar de Dios en nuestro corazón, porque nuestro corazón le pertenece a Él.

PERMITE QUE EL ESPÍRITU SANTO TE GUÍE

Cuando prestamos atención a la Palabra de Dios, viéndola no como una palabra ordinaria sino como la Palabra de Dios, entonces nuestra mente será renovada y nuestro corazón comenzará a desear las cosas de arriba. Debemos estar espiritualmente inclinados a descubrir las cosas espirituales.